08 agosto, 2007

fútbol

Yo no era muy bueno jugando al fútbol, aun no lo soy. Nunca pude definir una posición en la cancha, ni supe recibir bien un pase. Soy un jugador de mediocre a menos que eso. Pero mucho no me importa. Cuando era chico jugaba en el club del barrio y mi papá dirigía mi categoría, y no sé si era porque era yo muy malo o para que los demás jugadores no sospechen, pero me ponía siempre en el segundo tiempo, y me hacia jugar de 5, que es lo peor que le puede pasar a un chico de 8 años. Cuando jugas de 5, es porque sos gordito, yo sabia que era gordito, pero esa posición expresada en fútbol era cruel.
Jugamos un campeonato así, yo siempre entrando en el segundo tiempo y siempre ganábamos o por ahí nomás, casi salimos campeones. Al otro campeonato, yo empecé a jugar de 8, mi hermano siempre había jugado de 8 o 9 y jugaba muy bien, siempre me decían lo bien que el jugaba.
Jugando de 8 las cosas cambiaron, iba un poco mas adelante y metía goles, creo que metí 3 y además era re camorrero, e iba fuerte a la pelota.
Una vez, jugábamos de visitantes contra los que iban primeros y nuestro arquero había faltado, así que me toco ir al arco y sufrir los 20 minutos que duraba el primer tiempo, me metieron 4 goles y me fui llorando. Lloraba mientras me metían los goles, no pude atajar ninguna pelota. En el segundo tiempo, volví a mi posición de 8, corrí un par de pelotas, pero el resultado era incorregible, intentábamos e intentábamos, pero la pelota no quería entrar. Corrí más de lo que podía ese partido. En los últimos minutos intente todo para poder meter un gol y asistí muchos pases, hasta genere un penal faltando un par de minutos para que termine. Me acuerdo como fue y todo, y mire al banco para fijar la vista en mi papa y pedir para patearlo yo, agarré la pelota y me encamine hacia el arco.
Ahí podía probar que yo era un buen jugador. Cuando acomode el fútbol sobre el punto del penal, mi papa me grita que patea otro chico, lo mire, acomode la pelota y me fui para el medio de la cancha. Ese día perdimos 4 a 1. No le hable en todo el viaje a mi papa. Después lo perdone.

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